Este año 2011 celebramos el «Día de Iglesia Diocesana» el domingo 13 de noviembre. Aún se conservan en nuestra retina las imágenes del Papa Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud y resuenan sus palabras alentadoras y llenas de esperanza.
Hemos contemplado una Iglesia viva, joven, con porvenir, dispuesta a cumplir su misión evangelizadora en el mundo. El cartel anunciador de esta jornada recuerda con tres fotografías, de la Jornada Mundial de la Juventud, las tres dimensiones de la vida cristiana: La imagen imponente del altar rodeado de fieles recuerda la celebración, el Papa Benedicto XVI con jóvenes que le saludan y escuchan, nos reclama la catequesis, y finalmente la foto saludando a una minusválida en silla de ruedas nos habla del servicio de la caridad.
Especialmente esta última imagen revive los sentimientos que nos produjo la visita del Pontífice a la Institución San José, que acoge a jóvenes minusválidos.
Él mismo representando a toda la iglesia vivió allí la dimensión cristiana del servicio caritativo a los necesitados. «Tenemos ocasión, les dijo, de pasar algunos momentos juntos y así poder manifestaros la cercanía y el aprecio del Papa por cada uno de vosotros, por vuestras familias y por todas las personas que os acompañan y cuidan en esta Fundación del Instituto San José.»
El lema de esta jornada dice: «LA IGLESIA CONTIGO, CON TODOS. PARTICIPA». La Iglesia está con cada uno de los fieles. Está CONTIGO.
La Iglesia acompaña a todos y cada uno con esmero y afecto a lo largo de la existencia por medio de los sacramentos. La respuesta agradecida de los fieles es estar, sentir y vivir con la Iglesia. Significa comprometerse con responsabilidad en la buena marcha de todo. Somos solidarios y responsables de su misión.
Pero no sólo está contigo, sino CON TODOS. La Iglesia está para todo el mundo. Cuando tiene que anunciar el Evangelio, testimoniar a Cristo, colaborar en hacer un mundo mejor, ayudar en las necesidades, no se fija en el color de la piel, ni en las creencias, ni en los bienes. Es la servidora de la humanidad.
Por eso se fija en el ser humano en el que ve a un hijo de Dios, hermano en Jesucristo.
Por todos estos motivos dice el lema: PARTICIPA. Pon tu granito de arena para realizar tantas cosas buenas. Participa con tu oración, de donde nace el estímulo para la caridad. Participa dando tu tiempo, tú persona, en actividades de la Iglesia. Participa con tu donativo generoso que expresa en qué crees, qué celebras y a quiénes amas.
Agradezco de todo corazón vuestros donativos que son aún más valiosos en estos tiempos que nos toca vivir, en los cuales también muchas más personas van llegando a situaciones de necesitar nuestra ayuda.
Francisco Pérez González.
Arzobispo de Pamplona
y Obispo de Tudela.