No hay justicia sin igualdad
Una de las campañas que más arraigo ha conseguido entre nosotros es la de Manos Unidas contra el Hambre en el Mundo. Es porque toca la fibra más sensible del amor y la solidaridad con el prójimo. Esta campaña encauza con sus proyectos los mejores deseos de justicia, igualdad, desarrollo, amor y paz en el mundo. Nace de las entrañas mismas del Evangelio, del Corazón misericordioso de Jesús, que pasó haciendo el bien, que se conmovió ante el sufrimiento y por eso mantiene su herida del costado abierta a todos para que la verdadera compasión encuentre su expresión.
Manos Unidas es una organización que nos mete en las mismas entrañas de misericordia del Señor. Ayuda real y eficazmente en miles de proyectos, pero a través de ellos nos hace tomar conciencia de los problemas y las causas que los provocan y nos muestra el camino para solucionarlos. La ayuda económica de la comunidad cristiana de Navarra es sin duda sobresaliente y demuestra que queremos paliar, en la medida de nuestras posibilidades, las desigualdades tan grandes que hay en el mundo. Las parroquias explican proyectos concretos de desarrollo a los que se puede ayudar. Al mismo tiempo realizan una tarea de sensibilización en la sociedad. El motor de todo son las personas generosas que trabajan en Manos Unidas con ilusión y entrega. Hacia ellas tiene que llegar nuestro reconocimiento.
[pullquote2]Los objetivos de Manos Unidas para el tercer milenio abarcan los ámbitos de promoción de la mujer, el sector agrícola, educativo, la promoción social, la sanidad[/pullquote2] Los objetivos de Manos Unidas para el tercer milenio abarcan los ámbitos de promoción de la mujer, el sector agrícola, educativo, la promoción social, la sanidad. Un objetivo para los primeros años del siglo XXI es: “Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer”. Se propone eliminar las desigualdades de género antes del 2015, especialmente en todos los niveles de educación. Siguiendo este propósito nos presenta este año el lema: “No hay justicia sin igualdad”. El enunciado es rotundo, claro y sin discusión. En efecto, la justicia nos habla de justeza, de equilibrio, de dar a cada uno lo suyo (Santo Tomás. Suma Teológica, 2-2,q.58,a.1). Lo expresa muy bien gráficamente el cartel de la campaña de este año en el que aparece una mujer que lleva una balanza sobre sus espaldas con dos platillos en equilibrio, en uno está la justicia, en el otro la igualdad.La humanidad va tomando conciencia de la desigualdad histórica que arrastramos entre el hombre y la mujer. Especialmente en occidente ha surgido una sensibilidad muy especial que va dando sus frutos en muchos campos. La mujer va teniendo su lugar igualitario con el hombre en la sociedad. Sin embargo aún falta mucho camino para recorrer. Pero en otras partes del mundo la situación es hiriente y dolorosa. La campaña se fija específicamente en la inmensa multitud de mujeres que no tienen acceso a la cultura o educación. Debemos tomar conciencia de que la mujer ha de tener participación plena en la sociedad según su naturaleza. Dice el Concilio Vaticano II: “La mujer, allí donde todavía no lo ha logrado, reclama la igualdad de derecho y de hecho con el hombre” (GS 9) “Las mujeres ya actúan en casi todos los campos de la vida, pero es conveniente que puedan asumir con plenitud su papel según su propia naturaleza. Todos deben contribuir a que se reconozca y promueva la propia y necesaria participación de la mujer en la vida cultural”. (GS 60).
Para Manos Unidas la promoción de la mujer es prioritaria. La memoria de la pasada campaña informa de la multitud de proyectos realizados. Se enmarcan en sanidad, educación, conocimiento, autonomía, concienciación, participación, formación integral comunitaria, responsabilidad compartida, y libertad de decisión para la mujer. Hay muchos dirigidos a usar los medios de comunicación para concienciar a la sociedad en general de países del tercer mundo donde las desigualdades son más escandalosas. Manos Unidas se esfuerza por sensibilizar sobre la existencia de injusticias flagrantes contra los derechos de igualdad de las mujeres y lleva a cabo proyectos para tratar de acabar con las causas que las generan. Los proyectos inciden en revalorizar lo específico de los hombres y las mujeres en los ámbitos familiar, laboral y social. Manos Unidas trabaja para cambiar la mentalidad y pone en la base de sus esfuerzos la caridad cristiana de la que nazca el respeto, la estima y el aprecio a la mujer en igualdad de derechos y deberes.
[pullquote2]La mujer va teniendo su lugar igualitario con el hombre en la sociedad. Sin embargo aún falta mucho camino para recorrer[/pullquote2] Los mejores ideales de la humanidad en general se centran en la promoción de la justicia. Un mundo justo es un deseo formidable. Pero la virtud cristiana es más ambiciosa. Para el cristiano hay algo más. El Beato Papa Juan Pablo II afirmaba en la encíclica: “Dios rico en misericordia”, que la sola justicia no basta, no siempre llega a remediar todos los males. Y añadía: “La caridad es el alma de la justicia”. Sólo el amor y la misericordia descubren y remedian los dolores más profundos del ser humano. “La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene a la otra. La justicia sin misericordia es crueldad; y la misericordia sin justicia es ruina, destrucción”. (Santo Tomás, catena Aurea, vol. I, p.247)Animo a todos, un año más, a ser generosos en esta campaña. Pero no sólo se trata de ayudar a financiar tantos y tan hermosos proyectos, sino también a despertar inquietudes y a difundirlas, a vivir de verdad sintiéndonos hermanos con todos los necesitados de la tierra. Entonces sentiremos un enriquecimiento espiritual y una alegría gratificante. Se cumplirá la palabra del Señor: “Es mejor dar que recibir”.