Primera sesión del proceso diocesano sobre la vida, virtudes, y fama de santidad de Laura Busca Otaegui
Querido Vicario Regional del Opus Dei, queridos miembros del Tribunal, querida familia de la Sierva de Dios Laura Busca Otaegui y queridos asistentes a este hermoso acto.
Es un motivo de alegría reunirnos en esta sacristía de la Catedral de Pamplona para celebrar la Primera Sesión del Proceso de canonización de la Sierva de Dios Laura Busca Otaegui, farmacéutica, esposa del Siervo de Dios Eduardo Ortiz de Landazuri, madre de siete hijos y fiel miembro a la Prelatura del Opus Dei.
La aspiración por la santidad es el sentido de la vida de todo cristiano. Pues bien, el comienzo de un proceso de Canonización es la puesta en marcha del itinerario que la Iglesia ha previsto para estudiar si una persona puede ser propuesta como un modelo de las virtudes cristianas y como intercesora ante Dios del pueblo fiel.
El Beato Juan Pablo II denominó a San José María Escrivá, el día de su canonización, como el santo de lo ordinario, y hoy nos detenemos a contemplar a una fiel de la Prelatura del Opus Dei que, siguiendo la senda abierta por el Fundador del Opus Dei, ha buscado, como él, la santidad en las actividades ordinarias de un cristiano, como madre y esposa cristiana y católica.
Se formó como científica y farmacéutica, y fue una de las primeras mujeres investigadoras en los años previos a la guerra civil, y después ofrecer a Dios, con la misma profesionalidad, los trabajos del hogar, para sacar adelante a su marido y a sus siete hijos.
La Sierva de Dios Laura Busca Otaegui cultivó una gran afición al estudio y a la lectura, tanto de temas doctrinales como de las cuestiones de actualidad. Y ahora, que estamos recorriendo el Año de la Fe, podemos recordar que no se contentó con vivir una sencilla piedad, sino que fortaleció su fe, a la vista de los interrogantes propios de nuestro tiempo.
Finalmente como madre de familia llenó de alegría y afecto el hogar que, como en todas las familias cristianas, trasciende al núcleo del marido y los hijos, y alcanza a otros parientes y a los amigos de los hijos. Procuraba vivir la caridad con todos. A este respecto, quiero mencionar hoy y aquí las palabras que pronunció el Papa Francisco en la homilía de la Misa de comienzo de su Pontificado, sobre la caridad: “La caridad es la que custodia a la gente, se preocupa por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convierten en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que fomentan un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre y es una responsabilidad que nos afecta a todos. ¡Sed custodios de los dones de Dios!” (Homilía, 19 de Marzo 2013).
Pongamos en las manos de la Santísima Virgen la Real los trabajos de este proceso de Canonización y vivamos con el firme propósito de caminar hacia la santidad.
Discurso dado por Mons. Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, en la sacristía de la Catedral de Pamplona, el 14 de junio de 2013.