Queridos diocesanos:
El próximo domingo 11 de junio, Solemnidad de la Santísima Trinidad, celebramos la Jornada pro Orantibus, este año con el lema “Contemplar el mundo con la mirada de Dios”. Se trata de un momento especial para rezar por aquellos que consagran su vida en la vida contemplativa, expresarles nuestra gratitud y reconocimiento y dar a conocer esta especial vocación, promoviendo iniciativas pastorales con el fin de incentivar la vida de oración.
En una sociedad como la nuestra en la que todo se valora por la eficacia del momento, por el rendimiento y los resultados, caracterizada por una profunda crisis de interioridad y por un activismo que impide al hombre valorar el silencio, la soledad y la verdadera acción del Espíritu quien habita en nosotros, resulta complicado comprender la vocación a la vida contemplativa. Aunque no pocas nubes se ciernen en el horizonte de hoy sobre esta vida, no hemos de perder la confianza y hemos de estar seguros de la fuerza del Espíritu Santo que sopla por doquier en la Iglesia y en el mundo. Están apareciendo, incluso, nuevas formas de esta consagración, en consonancia con los nuevos signos de los tiempos. Nuestro agradecimiento y apoyo a todos los contemplativos que testimonian con su vida la mirada amorosa de Dios.
Los monjes y monjas que viven en los más de 800 monasterios españoles han sido mirados por Dios con un amor que ha cautivado sus corazones transformándolos. Y, con valentía, han sabido responder fielmente a la invitación de Dios con un “hágase tu voluntad” generoso. Si contemplamos al mundo y a cada persona con la misma mirada de Dios, si miramos a Aquel que nos mira con tanto amor, nuestra vida cambia radicalmente, todo se transforma.
La Iglesia y todos los que pertenecemos a ella estamos unidos a los contemplativos que interceden por toda la humanidad y trabajan por lograr la construcción de un mundo más fraterno y pacífico tal y como lo quiere Jesucristo. Como nos recuerda el Papa Francisco, “el mundo y la Iglesia necesitan de los contemplativos como ‘faros’ que iluminan el camino de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo”.
Agradezco vuestra labor, queridos contemplativos, que en lo escondido rezáis permanentemente por las necesidades del mundo y de nuestra Iglesia.
Con mi afecto y bendición,

+Francisco Pérez González
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

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