El próximo 12 de noviembre celebramos el “Día de la Iglesia Diocesana“, bajo el lema “Somos una gran familia CONTIGO”. Se trata de una jornada en la que se nos invita a orar y a colaborar económicamente para ayudar al sostenimiento de la Iglesia Diocesana con el deseo de que pueda servir mejor y más adecuadamente en todos los campos en los que trabaja en favor de la sociedad.

En el “Día de la Iglesia Diocesana” todos estamos llamados a hacer un gesto que manifieste que pertenecemos a esta gran familia que es la diócesis. Ciertamente, nuestra aportación económica es necesaria porque hace posible el desarrollo de la misión, pero sobre todo la convicción interior de que sólo podemos ser cristianos en Iglesia, en comunión con otros, en un camino compartido, en un esfuerzo común, en el que nos sostenemos y ayudamos unos a otros.

Dios invita a las personas de todos los tiempos a salir del individualismo, de la tendencia a encerrarnos en nosotros mismos y nos llama a ser parte de su familia. En la Iglesia, Dios nos llama a vivir nuestra fe como una familia. Una familia en la que se ama y se es amado. Como nos recordaba el Papa Francisco en su Catequesis del 29 de mayo de 2013, “la Iglesia es el gran proyecto de Dios por el que quiere hacer de todos nosotros una gran familia de hijos, en la que cada uno se sienta cerca y amado por Él”. Es Dios mismo el que nos pone en relación a los unos con los otros y nos invita a considerar a la Iglesia como el espacio y el clima familiar en el que compartimos su vida y su proyecto de ser en el mundo simiente de su Reino. Es en esa familia en la que Dios nos da su savia vital, que es su mismo amor, esa que nos impulsa a amarlo a Él y a amar a los demás.

Nuestras parroquias no son sólo edificios, sino el reflejo de esa gran familia que es la Iglesia universal y de la que todos somos responsables económicamente. La comunicación cristiana de bienes ha sido siempre un rasgo distintivo de la comunidad cristiana, fruto de la caridad y de la disponibilidad para el servicio.

Nuestra Iglesia de Pamplona y Tudela necesita tu generosidad para poder seguir siendo generosa. Tu familia diocesana cuenta con tu colaboración. Ganamos todos cuando cada persona es espléndida. Piensa en tu comunidad diocesana como tu

hogar, tu familia, a la que contribuyes para que todos reciban cuanto necesiten. Construyes Iglesia, construyes comunidad, construyes familia de Dios, una gran familia.

Os animo vivamente a que colaboréis para que nuestra Iglesia de Pamplona y Tudela pueda cumplir fielmente su misión de hacer presente el amor de Dios a todos los hombres. Gracias, de corazón, por vuestra entrega personal en los múltiples servicios de la Iglesia y vuestra generosa contribución económica.

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