Con motivo del 175 aniversario del nacimiento de Santa Bernardette Soubirous y el 140 de su muerte, las reliquias de esta niña a la que se le apareció la Santísima Virgen hasta en 18 apariciones marianas en la gruta de Massabielle de Lourdes, han salido del santuario francés y se encuentran ya en España donde, desde el pasado 31 de agosto y hasta el 15 de diciembre, están recorriendo 48 diócesis de todo el país.

Desde 2017, por iniciativa del obispo de Tarbes-Lourdes, Mons. Nicoles Brouwet, las reliquias de la santa viajan desde el santuario francés a las distintas diócesis de Francia que deseen recibirlas para su veneración, y también al extranjero, como en este caso a España.

El Año Jubilar de Santa Bernardette tiene como lema: ‘Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de Dios’, que remarca la línea de pobreza que vivió la joven santa. Son muchos los que han peregrinado a Lourdes, numerosos enfermos que han ido con la Hospitalidad Diocesana de Nuestra Señora de Lourdes. Pero ahora es Bernardette la que nos visita. El rasgo característico de esta santa es su fuerte experiencia de sentirse amada por Dios Padre: “No viviré un instante de mi vida sin amar”. Desde su sencillez y cercanía, habla al corazón de muchos hombres y mujeres sencillos de nuestro tiempo, iluminando sus vidas cotidianas.

Esta peregrinación quiere hacerse visible, particularmente, para las personas que no pueden desplazarse por diversos motivos hasta el Santuario de Lourdes: enfermos, ancianos, pobres, personas en situación de vulnerabilidad social.

En nuestra Diócesis de Pamplona y Tudela recibiremos las reliquias, concretamente un trozo de su costilla, los próximos días 11 y 12 de diciembre. Se trata de una buena oportunidad para el fortalecimiento de nuestra fe y de nuestra vida cristiana y para promover así la devoción a nuestra Madre, la Virgen.

Os animo a participar en los actos programados con motivo de esta efeméride para vivir el Adviento con renovado impulso evangelizador. De modo especial invito a los enfermos y mayores y también a los jóvenes para que se acerquen a este modelo de juventud santa que murió afirmando ante el mundo que había vivido la felicidad de haber visto a la Santísima Virgen.

Abramos nuestro corazón a María y a Santa Bernardette. Ellas, desde su sencillez, nos invitan a poner a Dios en el centro de nuestra vida y a nosotros a los pies de los hermanos necesitados.

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