Queridos sacerdotes, diáconos, consagrados, agentes de pastoral y voluntarios:

Estamos ya en la recta final de la Cuaresma y a las Puertas de la Semana Santa. Dentro de poco os enviaremos el itinerario litúrgico de la Semana Santa para este año 2020 que desde la Congregación del Culto Divino y de los Sacramentos nos han indicado. Vivamos con sentido sobrenatural e interior estos momentos que a todos nos preocupan y que tantos sufrimientos está provocando. Miremos a Jesucristo que sintió en la Cruz el abandono en su grito: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mc 15, 34). En este grito están presentes todos los gritos de la humanidad de antes y los de ahora en nuestros gritos más cercanos. ¡Cuántos gritos de dolor hemos sentido en estos días y hemos tratado de consolar, de alentar, de implorar… y de ponerlos en el Corazón Amoroso de Dios! Os animo a todos y no desistáis de escuchar personalmente o por teléfono y por los medios que podáis para estar al lado de nuestra hermosa grey que sufre la cruz. “Porque tu cruz es ahora fuente de todas las bendiciones y origen de todas las gracias: por ella, los creyentes encuentran fuerza en la debilidad, gloria en el oprobio, vida en la misma muerte” (San León Magno, Sermo 8 de Passione Domini 7).

Desde Caritas general y desde las Caritas parroquiales hemos podido constatar la atención que se está llevando a cabo en los más solos o personas sin recursos. Muchos de nuestros agentes de pastoral y fieles voluntarios están junto a nosotros atendiendo necesidades en personas vulnerables que se encuentran solas o faltas de afecto. Sigamos  mostrando, en la medida de nuestras posibilidades, el gesto amable de Jesucristo y de la Iglesia a los más necesitados de nuestras comunidades parroquiales. Sigamos las indicaciones y protocolos que se han marcado desde la central de Caritas Diocesana y aprovechemos estos momentos para aliviar a nuestro pueblo fiel que sufre. Lo ha hecho siempre Caritas y así deseamos seguir trabajando por una sociedad más humana que espera de nosotros seamos testigos fieles Jesucristo y fieles a su mandato de amarnos como él nos ama.

La atención a los enfermos de los Hospitales se realiza con mucha cercanía generosa por parte de los capellanes y sacerdotes ayudantes sabiendo que han de tener muy presente los protocolos que usan los sanitarios. El dolor cada día es mayor pues ha crecido el número de enfermos por la pandemia y el sufrimiento más profundo es ver que hay muchos enfermos que mueren y a los que generalmente se les asiste antes de su fallecimiento. Hacen notar los capellanes que todo el equipo médico y de enfermería son de una categoría excelente. Por lo cual además del agradecimiento hemos de estar orgullosos de ellos. Que todo esto nos ayude a mirar con esperanza y así rogar al Padre que venga en nuestra ayuda lo antes posible para que el coronavirus  desaparezca cuánto antes.

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