Día del Seminario
Queridos diocesanos: Cada año, por la Solemnidad de San José, celebramos el Día del Seminario. Es un momento concreto y especial para conocer, rezar y apoyar, también económicamente, a nuestro Seminario.
El lema de la campaña de este año es «Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino», en consonancia con el proceso sinodal en el que está inmersa la Iglesia. Precisamente este Sínodo nos invita a ponernos en camino juntos, en una sana fraternidad.
Es clara la disminución, e incluso la falta de vocaciones sacerdotales en la Iglesia actual, pero no es menos clara la gran importancia de las mismas en las comunidades cristianas, para que estas crezcan y maduren en su fe y se conviertan en verdaderas comunidades evangelizadas y evangelizadoras.
Para que nazcan vocaciones al sacerdocio es necesario contar con comunidades cristianas auténticas y fecundas, que entusiasmen y provoquen un verdadero amor a Jesucristo y una entrega a los demás por el Evangelio. Y también es necesario, igualmente, familias que vivan su vida desde la fe y que apoyen un posible planteamiento vocacional de sus hijos al sacerdocio y a la vida consagrada. Necesitamos abrir a nuestros jóvenes a la experiencia del amor insondable de Dios y a la amistad personal con Cristo.
Pero igual de importante es que vivamos nuestra vocación al sacerdocio con gozo y entusiasmo, contagiando la alegría de anunciar el Evangelio. Porque precisamente la alegría de la vocación al sacerdocio procede de la alegría de haber encontrado en Jesús la razón de nuestra vida. Somos enviados, como decía San Juan Pablo II, a «llevar el mensaje salvador al corazón del mundo».
En la sociedad actual, con tantos ruidos, distracciones e indiferencia religiosa, no resulta fácil escuchar la voz del Señor y su invitación al seguimiento. Por eso, el impulso de la pastoral vocacional y el fomento de las vocaciones dependerán, ante todo, del testimonio alegre de quienes nos confesamos seguidores de Jesucristo, del acompañamiento espiritual a los llamados y del impulso de una evangelización más misionera.
Pidamos al Señor, por intercesión de San José, que siga suscitando jóvenes enamorados de Cristo y su mensaje, que sientan la llamada de Dios a la vida sacerdotal y respondan con generosidad. ❏