Teenager Girl holding a the cross in hand during beautiful sunset. Hands folded in prayer concept for faith, spirituality and religion. Peace, hope, dreams concept

En San Pablo se refleja, después de haber pasado por tantos momentos difíciles y de sufrimiento, la alegría: “Estad siempre alegres en el Señor” (Flp 4, 4). Y así lo expresa, reflexionando sobre esta carta, San Ambrosio: “Las alegrías de este mundo conducen a la tristeza eterna, en cambio, las alegrías que son según la voluntad de Dios durarán siempre y conducirán a los goces eternos a quienes en ellas perseveren… Se nos exhorta a que nuestra alegría, según Dios y según su cumplimiento de sus mandatos, se acreciente cada día más y más, pues cuanto más nos esforcemos en este mundo por vivir entregados al cumplimiento de los mandatos divinos, tanto más felices seremos en la otra vida y tanto mayor será nuestra gloria ante Dios” (Tratado sobre la carta a los Filipenses, 5). La alegría tiene su cimiento en la experiencia del amor que procede de Dios y que no se confunde con nuestros sentimientos más o menos atizados por falsas expectativas.
Divertirse y vivir espacios de ocio sano es muy saludable. Lo que nos hace daño es vivir nuestros gustos de forma desordenada, ignorando que la persona es templo de Dios y no es un objeto de placer para gozar de forma egoísta. Por experiencia se sabe que cuando se ha vivido desenfrenadamente una aparente alegría, rodeados de euforias vacías, la consecuencia al final produce el sentimiento de fracaso existencial. La alegría es algo tan grande que debe estar, por medio, la acción de Dios. De ahí que lo podemos comprobar en la experiencia de los santos.
Tenemos el ejemplo de San Agustín que buscando la alegría por fuera de sí mismo y en las ofertas engañosas del mundo, no se sentía saciado en su interior puesto que no lograba el estado de plenitud que falazmente le ofrecían. Se sintió engañado hasta el momento en el que descubre la fuerza de la fe en Dios que le ama inmensamente. Tras haber buscado en vano en múltiples cosas, concluye con la célebre frase de que el corazón del ser humano está inquieto, no encuentra serenidad y paz hasta que descansa en Dios (cf. Confesiones, I, 1,1). No son los afanes de este mundo y ni siquiera los éxitos de la vida quienes dan la felicidad y la alegría. “La verdadera alegría no es un simple estado de ánimo pasajero, ni algo que se logra con el propio esfuerzo, sino que es un don, nace de encuentro con la persona viva de Jesús, de hacerle espacio en nosotros, de acoger al Espíritu Santo que guía nuestra vida” (Benedicto XVI, Ángelus, 11 de diciembre 2011). Quien confía en Dios deja todo por tenerle lo más cercano a pesar que tengamos la impresión que Él está lejano. Está, si amamos, en lo más íntimo de nosotros mismo puesto que dónde hay caridad y amor, allí está Dios.
En una sociedad donde prevalece el tener, el poder y el placer, ¿por qué no hemos de tener la valentía de anunciar que la felicidad y el ser felices es la tendencia más profunda del ser humano y Jesucristo nos muestra el camino efectivo para conquistar esa felicidad? Jesús, con su estilo de vida, nos muestra el camino para alcanzar la verdadera felicidad y perfila el camino para sus discípulos. La alegría verdadera viene de Jesús. Esto puede sonar obvio para algunos, pero muy extraño y abstracto para la mayoría. Sin embargo Jesucristo ha proclamado: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Donde depositamos nuestro amor auténtico es donde está el camino que nos lleva a la verdadera alegría. Cierto es que si este amor está bien orientado logrará lo mejor para ser feliz pero, si por el contrario se sustenta en banalidades absurdas y sin consistencia, la respuesta será el vacío interior que se hunde en la tristeza producto del orgullo herido. ❏

Comparte este texto en las redes sociales
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad