“Me gusta ser trasparente y cercano, poniendo corazón en todo lo que hago”

El arzobispo electo de Pamplona se presenta a los fieles diocesanos en esta entrevista exclusiva para el semanario La Verdad


¿Cómo fue ese momento en el que recibió la llamada del Nuncio para comunicarle que el Papa había pensado en usted para ser Arzobispo de Pamplona y Tudela?

Le costó dar conmigo porque uno está en las cosas de cada día. Me mandó varios mensajes diciéndome que quería hablar conmigo. Yo le contesté, pero el teléfono me devolvía los mensajes, así que pensé que sería una broma. Al final me llamó por teléfono y fue cuando me planteó la Archidiócesis de Pamplona y Tudela. En ese momento uno se queda paralizado porque todos sabemos la dimensión de la Iglesia de Pamplona y Tudela. Y eso impresiona. Impresiona asumir esa responsabilidad. Se lo consulté a una persona, que para mí es un referente, y me dijo: “Fíate de Dios y de la Iglesia”. Y aquí estoy.

¿Cuáles van a ser sus principales ejes de trabajo en esta Diócesis?

Principalmente quiero escuchar. No puedo ir a Pamplona y empezar a organizar cuando no conozco la Diócesis. Primero quiero escuchar: escuchar a los sacerdotes, escuchar a los laicos, escuchar a los distintos equipos de trabajo, consejos, etc. Me gustaría una Diócesis comprometida, que viva la fe en la realidad de cada día, que encarne el Evangelio en la gente que nos rodea, que haga vida del Evangelio, especialmente en la gente más pobre y vulnerable, pero eso será después de escuchar. Por respeto y por el cariño, que ahora tengo hacia Navarra, primero quiero escuchar, para luego encarnar el Evangelio en la realidad de cada día.

Hace poco estuvo en Pamplona ofreciendo una conferencia ¿Qué le pareció la Diócesis? ¿Qué conoce de Navarra? ¿Cuántas veces ha estado por aquí?

Habré estado 4 o 5 veces, pero no conozco mucho Navarra. Pero ahora tengo una oportunidad muy buena de conocerla.

¿Y qué impresión se llevó de los navarros?

Yo vi gente muy acogedora. Es verdad que solo estuve dos días, pero me pareció gente muy acogedora, muy sencilla, muy cercana. Yo soy de Aragón y vi esa apertura que a mí también me gusta y que me da cierta tranquilidad.

Ha dicho que el salto a Pamplona es un salto de trampolín ¿Le ha dado vértigo aceptar el cargo?

Para ser sinceros, un poco sí. Yo le dije al Nuncio que soy un simple sacerdote, un religioso y me dijo: “Bueno es lo que la Iglesia le pide”. Después de meditarlo en oración y consultarlo, acepté, pero en un principio me quedé paralizado porque es un salto importante. Yo no soy Obispo y es un salto importante que impresiona un poco, y también por la realidad de la Iglesia de Pamplona y Tudela.

¿Ya tiene pensado su lema episcopal?

Mi lema va a ser: “Si no tengo amor, nada soy”

¿Cómo puede influir su carisma religioso como Mercedario en su labor como Arzobispo?

Como Mercedario, el lema “Si no tengo amor nada soy” forma parte de mi carisma y quiero hacerlo todo desde el amor, desde el corazón. Intentar poner corazón en todo lo que haga, en la conversación con los sacerdotes, con la gente. Quiero huir de la rutina, de lo que se ha hecho siempre y poner ese corazón que como Mercedario te obliga a entregar la vida por los demás y yo voy a entregar mi vida. Me gusta ser trasparente, cercano y poniendo corazón en todo lo que hago.

El Papa ha dicho que quiere Obispos pastores que se hayan curtido en la pastoral. Usted ha estado muchos años en la Pastoral Penitenciaria, ¿Cree que esto ha hecho que el Santo Padre se fijara en usted?

No lo sé. Yo siempre he trabajado en la Pastoral Penitenciaria. Lo hice cuando estaba Juan Pablo II, con Benedicto XVI y con el Papa Francisco. Siempre he trabajado en la pastoral con presos, que haya influido o no ya no me corresponde a mí contestar, sino a quien ha hecho que venga a Pamplona.

Háblenos un poco de esa Pastoral Penitenciaria ¿Qué nos pueden enseñar los presos?

Yo de los presos aprendo a valorar lo pequeño, lo sencillo, lo humilde como algo importante, porque quien no tiene nada valora mucho más un regalo, un gesto, etc. Valoran las cosas que realmente tienen y yo de esto he aprendido mucho.
Esta mañana, por ejemplo, he ido a la cárcel a llevarles tabaco y lo han agradecido como si les hubiera llevado algo importante.

¿Cómo se han tomado los presos la noticia de su nombramiento? ¿Qué le ha dicho?

Me ha impresionado mucho su actitud. Yo siempre he dicho que el Evangelio es de los sencillos, y es que ellos no valoraban que el Papa haya pensado en mí como Arzobispo, sino que valoran otras cosas. Lo único que me decían era: “Padre, pero nos va a dejar”. La gente sencilla se queda con el valor de la persona, no con el cargo, que para ellos es secundario.

¿Cuál es el tema que más le preocupa actualmente de la Iglesia?

Hay varios temas que en la Iglesia y en España preocupan y ocupan. Principalmente el tema de los abusos. Es un tema que preocupa mucho y que, gracias a Dios, veo que estamos dando respuesta con dolor, con pena, pero que hay que responder porque yo siempre he dicho que la persona es una encarnación de Dios en la tierra y quien abusa de un niño abusa de Dios mismo.
Otro tema es el de la justicia social, el de la solidaridad. Son temas que a nivel eclesial a mí me preocupan y quiero empeñarme en ello y tener corazón en cada uno de estos temas. Esto lo digo desde fuera de la Diócesis, porque aun no la conozco, pero me imagino que cuando llegue me encontraré algún tema más.

¿Cómo surgió su vocación sacerdotal?

Si tuviesen que hacer una película de mí vida el inicio sería muy aburrido. Yo entré de joven en el Seminario, casi de niño, y entregué mucha parte de mi infancia a Dios, sin saber ni tener clara mi vocación. Pero llegó un momento en el que empiezo a escuchar de pobres, de cárceles y mi corazón va allí y decido ser Mercedario. Inclusive, antes de ser sacerdote, como seminarista ya participaba como voluntario en esta pastoral. A mí me cautivó el mundo de los pobres, me cautivó la Merced, me cautivó el carisma, me cautivó María de la Merced. Yo soy un enamorado de María y me acojo al manto maternal de Santa María la Real y espero que ella me ayude y me acompañe. Ese fue mi caminar, en un principio sin tener nada claro. Conmigo entraron muchos y solo terminamos cuatro. Después de escuchar hablar de pobres y de la cárcel, vi clara mi vocación. ❏

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