Nuevo trabajo de Jesús Mauleón

MAULEÓNEl sacerdote navarro Jesús Mauleón ha sacado a la luz un nuevo trabajo, un libro de poesías titulado “Apasionado adiós”.

¿Qué aporta este nuevo trabajo?

Aporta la vivencia y la expresión poética, “apasionada”, de una circunstancia nueva: mi edad. No hace falta recordar que los humanos somos mortales. Pero no es igual la percepción de la mortalidad en la infancia, en la juventud, en plena madurez o a los setenta y cinco años. En mi caso, me he apresurado a hacer un recuerdo y un recuento agradecido del don de la vida, con sus muchos regalos añadidos, antes de llegar al declive final o a una merma psicológica que me prive de decir y escribir vibrantemente lo que me importa. Por cierto, los regalos me han venido de Dios, y de Él espero humildemente una eternidad sin la amenaza del tiempo.

 

¿Cómo descubrió su vocación de poeta?

No de una vez, ni de un día para otro. He contado en alguna ocasión que, ya de chico, en los ejercicios literarios que nos ponían los buenos jesuitas de Comillas, me veía… digamos modestamente que entrando en trance. Un trance, claro, casi infantil. Mis primeros recuerdos creativos se remontan a mi adolescencia y al descubrimiento fascinante de la vida. Tuve la suerte de tener cerca algunos amigos con sensibilidad e instinto y de disponer de una biblioteca rica en libros clásicos y en poesía del siglo XX. La experiencia lectora y la de mis primeros poemas fueron juntas.

¿El título del libro, Apasionado adiós, es una despedida?

Es una despedida… por si acaso. No quería irme de este mundo ni de la poesía sin decir: “Esta vida, que aún gozo y agradezco, tiene su fin no demasiado lejano, pero al final están el ‘Origen y la Meta’ ”.

¿Es fácil llegar a Dios a través de la poesía?

Es fácil llegar a Dios, incluso sin la poesía. Si no, buenos estaríamos. Lo he repetido muchas veces: hay gente que reza con los salmos bíblicos sin enterarse de que está recitando altísima poesía, y reza bien, quien lee textos bellísimos de la Biblia sin estremecerse. Desde luego la experiencia poética, la artística en general, es algo que hunde su raíz en algo muy próximo a la experiencia religiosa.

Si Dios escribiera poesía ¿cómo sería?

Él es el máximo creador. El máximo “poeta” (de poiein, en griego, hacer, crear). Es el Creador propiamente dicho. Bondadosamente y con un cierto humor nos deja jugar a “creadores”. Yo tengo algún poema en el que un paisaje, una mañana, un día redondo de sol, de vida y de belleza me llevan al entusiasmo de afirmar que aquello es un poema de Dios.

 

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