Consagración entrañable

Durante los días 3 y 4 de octubre, Pamplona acogió el IX Encuentro Nacional de la Divina Misericordia. Fueron dos días intensos, llenos de celebraciones que comenzaron en la Plaza de Santa María la Real con una reunión de estandartes, seguido de un Vía Crucis procesional por las murallas hasta la Catedral, donde se rezó el rosario de la misericordia, más conocido como coronilla. Una vez en la Seo pamplonesa Mons. Juan Antonio Aznárez ofreció una charla, seguida de la celebración de la Santa Misa. Ya por la tarde, tuvo lugar una ofrenda floral a la Virgen del Sagrario y se rezó el Rosario de los Esclavos. El encuentro concluyó al día siguiente con la celebración de una Eucaristía, que fue presidida por Mons. Francisco Pérez. En el marco de esa celebración tuvo lugar la renovación de la Consagración de la Diócesis de Pamplona y Tudela al Inmaculado Corazón de María.

Hace 60 años, el 27 de septiembre de 1955 se hizo esa consagración y el pasado 4 de octubre se renovó. La celebración tuvo lugar en la Catedral de Santa María la Real de Pamplona. Durante la consagración, don Francisco recordó que vivimos tiempos difíciles, llenos de dificultades, problemas y pruebas de la fe de los cristianos. Además, señaló que “la sociedad se está alejando de Dios, las costumbres cristianas se deterioran, invade el corazón de los creyentes el desaliento y la desesperanza”. “María en la historia de la salvación, en el misterio de Cristo y de la Iglesia ocupa un lugar privilegiado. Tiene la misión de ser madre de misericordia y medianera de todas las gracias. Ella presenta nuestras súplicas para presentarlas a su Hijo Jesucristo, que es el único Salvador y Él en su gran ofertorio las presente al Padre. Por eso esta consagración tiene un profundo y auténtico sentido eclesial. María es el camino fácil, directo y perfecto que nos lleva a Dios”.
Seguidamente pidió la Virgen la consagración de las diócesis de Pamplona y Tudela y de todas las familias y fieles. “Madre de Misericordia; consagramos las diócesis de Pamplona y Tudela a tu Inmaculado Corazón. Te consagramos a nuestros sacerdotes, religiosos y fieles cristianos. Te consagramos a las familias y a todos y cada uno de sus miembros. Te consagramos nuestras inquietudes, trabajos y proyectos apostólicos por la venida del Reino de tu Hijo Jesucristo. Queremos que todo lo que somos y tenemos esté bajo tu protección: nuestra fe, nuestra esperanza y caridad. Te consagramos a todas las personas de buena voluntad para construir juntos la civilización del amor. Prometemos ser dóciles como tú a las inspiraciones del Espíritu Santo” concluyó el Arzobispo, don Francisco Pérez.

 

INMACULADO CORAZÓN DE MARíA

La imagen de oro del Inmaculado Corazón de María fue un regalo que la Diputación Foral realizó a la Diócesis de Pamplona y Tudela. Este corazón de oro fue el símbolo de que todos los navarros le entregaban su corazón a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de La Real. El 27 de septiembre de 1955 se realizó la consagración de la diócesis de Pamplona y Tudela al Inmaculado Corazón de María.

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