Celebración de la Primera Javierada

El primer fin de semana de marzo estuvo marcado por la celebración de la primera Javierada de este año 2022.

Pese al intenso frío, cientos de fieles peregrinaron hasta el Castillo de Javier con gran ilusión, tras dos años sin poder hacerlo, ya que como consecuencia de la pandemia del Coronavirus se tuvieron que suspender. Además, este año, las Javieradas marcarán el comienzo del Año Santo Jubilar de San Francisco Javier, concedido por el Papa Francisco. Una oportunidad para que, como nos recuerda nuestro Arzobispo, “nos sintamos llamados a ser una Iglesia que vive con espíritu fraterno y deseo de ser misionera, transmitiendo la alegría del Evangelio”, como lo hizo San Francisco Javier.

Fieles venidos de diferentes lugares de Navarra, e incluso de diferentes puntos de España peregrinaron durante dos días hasta la cuna del patrón de las Misiones y copatrón de Navarra.

Un día antes de la primera Javierada tuvo lugar la Misa de acogida del peregrino, en la explanada del Castillo. Tras descansar durante la noche cientos de fieles partieron desde Sangüesa, a las ocho de la mañana, rezando el Vía Crucis rumbo a Javier, donde a las diez de la mañana tuvo lugar la celebración de la Santa Misa.

El Arzobispo don Francisco Pérez, acompañado por decenas de sacerdotes, entre los que se encontraba el delegado de Misiones, Óscar Azcona, que dirigió la celebración con sus cantos, presidió esta celebración en la que ha recordado que la experiencia de entrega a Jesucristo de San Francisco Javier, nos puede ayudar a mirar la vida desde otra perspectiva. “Las enfermedades, los dolores, los sufrimientos, las desolaciones, las tristezas, las amarguras, las penalidades… nunca vencerán puesto que tenemos a Dios con nosotros y apostando por nosotros”, ha recordado don Francisco.

Además, explicó que el ser humano no encuentra respuesta ante el sufrimiento por la ausencia de trascendencia. “La apetencia del ser humano moderno es la de ser dichoso, buscando en la dicha la evitación del dolor y no en la profundización de su existencia. El progreso le hace sentirse responsable ante la historia, pero se niega a sentirse responsable ante Dios. Se advierta que uno de las grandes ausencias que el ser humano sufre hoy, es la falta de conciencia de la trascendencia”.

Afirmó que todos los sufrimientos que existen ya los padeció Cristo en la Cruz. “Lo que se está sucediendo en Ucrania, en Mali o en muchos lugares del mundo o en nuestra sociedad o en nuestra familia o en ese dolor que te presiona ahora”, ya los sintió Cristo. Debemos saber que “Dios no ha venido a suprimir el dolor, ni siquiera a explicarlo. Pero sí ha venido a llenarlo con su presencia”. “No hay nada que sea comparable al amor de Jesucristo y sólo en ese amor podemos sobrellevar con fortaleza los quehaceres de cada día”.

Finalmente recordó que en esta Cuaresma “conviene profundizar en la vida de oración, en la cercanía a los sacramentos de la confesión y de la Eucaristía, para vencer la prepotencia, el egoísmo, el encanto de los vicios y el vestido de la soberbia. En esta Cuaresma detengámonos para saber si amamos y perdonamos a los hermanos y si nos solidarizamos con ellos. En esta Cuaresma dejemos lo que nos ata y busquemos la libertad de los hijos de Dios”.

Durante las peticiones se pidió, de modo especial, por los gobernantes, para que sirvan y trabajen por el bien común; por la paz en el mundo, para que termine el conflicto armado en Ucrania; y para que crezcan las vocaciones religiosas, sacerdotales y matrimoniales.

La colecta recaudada durante la celebración será, comoexplicó el delegado de Misiones, para sufragar los gastos que supone la organización de las Javieradas.

Antes de finalizar, se rezó una oración por la paz, teniendo muy presente a Ucrania, en la que se pedía al Señor que mostrara su amor paternal para los más indefensos y que sembrara la esperanza para todos los que viven en la guerra. Se concluyó pidiéndole a María Santísima, reina de la paz, que rogara por todos.

También, antes de la bendición, el Vicario General, Carlos Ayerra, dio lectura al texto del Papa Francisco, por el que concede al Arzobispo don Francisco la posibilidad de impartir a todos los obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y fieles la bendición papal con la correspondiente indulgencia plenaria, a todos los que hayan cumplido los requisitos necesarios, como signo de comunión por la gracia del Año Jubilar concedido pro los 400 años de la canonización de San Francisco Javier.

Don Francisco, antes de concluir, preguntó a los niños, a los jóvenes y a los matrimonios si querían ser fieles a Cristo y escuchar su llamada. Y afirmó que de ahí saldría alguna vocación sacerdotal.

Durante la bendición comenzaron a repicar las campanas de la basílica del Castillo de Javier y entre aplausos aplausos y entonando el himno a San Francisco Javier concluyó la celebración, que contó con numerosos confesores y en la que se respetaron las medidas de seguridad.

El próximo sábado, 12 de marzo, se celebrará la segunda Javierada, con la salida del Vía Crucis desde Sangüesa a las 15:00 horas y la celebración de la Santa Misa, en la explanada del Castillo de Javier, a las 17:00 horas.

 

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