Clausura de la fase diocesana del Sínodo en la Catedral

Cientos de personas se dieron cita para conocer en primera persona cómo ha hablado el Pueblo de Dios en Navarra y aplauden mayoritariamente la renovación que se pide dentro de la Iglesia universal.

La Asamblea de clausura de la fase diocesana del Sínodo tuvo lugar el pasado sábado 4 de junio de 2022 en una Catedral de Pamplona repleta de bautizados que llenaron los bancos de la nave central. El vicario episcopal de Fe y Cultura, además de responsable del Sínodo en Navarra, Santiago Cañardo, abrió el acto aportando unos datos que dejan a Navarra entre las diócesis de España con mayor número de participantes: más de 2600 personas, 342 grupos, un 90 por ciento de laicos, más del 60 por ciento mujeres, con un 64 por ciento de colaboradores habituales y un 8 por ciento de alejados.
El equipo diocesano del Sínodo, compuesto por siete personas, presentó durante el acto las principales conclusiones de la síntesis, ya conocida por los lectores de La Verdad, pues se publicó íntegramente la pasada semana. En ellas se habla de una renovación en la Iglesia para que sea más comunitaria, abierta, acogedora, dialogante, igualitaria, fraterna, participativa y corresponsable.

TESTIMONIOS
Al acto, se sumaron los testimonios de cuatro participantes del Sínodo que contaron sus experiencias:

Joaquín Ros (San Vicente de Paúl). Estuvo en representación de la UAP de San Juan. Un cristiano comprometido que participó en la constitución de lo que hoy es el Banco de Alimentos. Considera que es necesario “repensar el papel de las mujeres en la Iglesia para darles un mayor protagonismo y responsabilidad”. También, aboga por una mayor presencia e implicación de los laicos a los que “hay que preparar para suplir la falta de sacerdotes en zonas rurales”.

Teresa Valls Lezáun (Jesuitas Pamplona). Estudiante del doble grado de Farmacia y Dietética y Nutrición, antigua alumna del Colegio San Ignacio. Confesó haber visto mucho dolor en la Iglesia y personas que no encajaban por ser diferentes, como es su caso que se llegó a sentir “que no encajaba por ser joven, mujer y formar parte del colectivo LGTB”: Ha vivido con mucha ilusión el Sínodo en una Iglesia de Cristo a la que considera maravillosa y subrayó que “podemos formar una Iglesia en la que todos estemos a gusto».

Salomé Arricibita (San Francisco Javier): Además de médico, Salomé es cantante y compositora, por lo que, en el ecuador del evento, deleitó al público asistente con su canción: ‘Cambia nuestro corazón’. Después, dio su testimonio pues ha participado como secretaria de un grupo en su parroquia, donde colabora muy activamente. Señaló que el proceso de reflexión que se ha abierto debería continuar y calificó de “sanador” que se empiece a hablar de “ciertas heridas en la Iglesia”.

Miguel Larrambebere (Residencia Buen Pastor). El hoy vicario general contó su experiencia como secretario del grupo formado en la residencia Buen Pastor, con ocho sacerdotes y dos mujeres trabajadoras en la residencia. Pidió no olvidar la soledad a la que a veces se enfrentan los sacerdotes y ve este Sínodo como una “oportunidad para vencer el individualismo” y un camino para “hacer piña en la Iglesia”.

ESPECIAL ORACIÓN AL ESPÍRUTU SANTO
El acto lo clausuró el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, don Francisco Pérez González, quien pidió seguir orando para que se haga un buen discernimiento para diferenciar bien entre los cambios que vienen del Espíritu Santo y los que vienen del espíritu del mundo.

¿Y AHORA QUÉ?
La fase diocesana del Sínodo ha concluido y hemos cumplido con creces los objetivos propuestos. La consulta ha sido amplia y representativa, integradora de la pluralidad existente en nuestra Iglesia. Además, se ha vivido en un clima de comunión, de escucha y de diálogo, guiados siempre por la presencia viva del Espíritu Santo.
Con las aportaciones de los 342 grupos, hemos elaborado una síntesis de todo lo aportado, con la mayor exactitud y veracidad posible. Todas las diócesis lo hemos hecho a la par y, curiosamente, ha habido un elevado grado de coincidencia en las propuestas presentadas.
Ahora vienen las siguientes fases del Sínodo: la continental y la universal, en octubre de 2023 en Roma. Dejemos que el Espíritu Santo siga actuando en su Iglesia. Él nos guiará hasta la verdad plena. Él iluminará el sucesivo discernimiento de las propuestas presentadas, hasta llegar a aquellas que más convengan para el bien de la Iglesia en su misión evangelizadora. Serán las que confirme el Papa como sucesor de Pedro. Sigamos orando para que no sea el espíritu del mundo el que guíe este Sínodo, sino el Espíritu Santo. Y como reza la oración del Sínodo: “No dejemos que nuestras acciones se guíen por prejuicios y falsas consideraciones. Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia”.

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