Mons. Argüello presentó «El Dios fiel mantiene su alianza»
El pasado 15 de febrero, la Vicaría de Fe y Cultura y la delegación de Apostolado Seglar del Arzobispado de Pamplona y Tudela presentó, en el salón de actos del Seminario Conciliar de Pamplona, el instrumento de trabajo pastoral de la Conferencia Episcopal Española: «El Dios fiel mantiene su alianza», un análisis de la persona, la familia y la sociedad de hoy.
El acto, al que acudieron cientos de personas, estuvo presidido por Mons. Luis Argüello, Arzobispo de Valladolid y el que fuera secretario general y portavoz de la CEE. Junto a él se encontraba Santiago Cañardo, vicario episcopal de Fe y Cultura, y Mons. Francisco Pérez, quien fue recibido con un gran aplauso tras permanecer un tiempo en el hospital tras el accidente de tráfico sufrido.
“El documento que presentamos es un documento incompleto, con el objetivo de que todos los completemos. Es un documento de discernimiento compartido para descubrir qué quiere Dios de nosotros en el marco de esta sociedad que nos ha tocado vivir”. Con estas palabras comenzó Mons. Argüello su intervención.
Este documento, que se aprobó en la Asamblea Plenaria de noviembre de 2022, se trata de un instrumento de trabajo pastoral que se ofrece a la Iglesia y a la sociedad española desde la fe en Dios y la perspectiva del bien común. El objetivo de este documento es el de estimular la reflexión y el diálogo sobre asuntos de especial importancia para la vida eclesial y social.
No e trata por tanto de un documento doctrinal o pastoral de la CEE, sino de una invitación a la reflexión por parte de todos, en un momento de convergencia de múltiples acontecimientos políticos, económicos y culturales, expresión de una gran transformación que afecta a la transmisión de la fe y a la convivencia en nuestra sociedad.
Mons. Argüello explicó que se ha elaborado tras un largo diálogo entre los Obispos españoles y que el diagnóstico que ofrecen se basa en la palabra “desvinculación”. “Desvinculación de Dios, creando una sociedad que vive como si Dios no existiera, algo que también pasa entre los creyentes. Una desvinculación de lo real, que ha creado el coloquio como el del género. Una desvinculación del cuerpo y una desvinculación de los otros, creando una sociedad sin vínculos, sin afectos, sin matrimonios, etc.”
También explicó que la reflexión sobre la Trinidad ayuda a comprender el significado del ser personal. Todo lo creado lleva un sello trinitario y de manera especial la persona, a quien Dios ha amado por sí misma. Por eso “cuando la persona es reducida a individuo, la recuperación de la concepción trinitaria de persona puede ayudarnos a salir del encierro del individualismo. La fe trinitaria nos ofrece una propuesta de familia y sociedad”.
Habitualmente, la respuesta a cada iniciativa o hecho social se realiza aisladamente, sin tener en cuenta su relación interna con otros hechos. En una situación conocida como «cambio de época» —cambios económicos, sociales, políticos y culturales— que afecta de forma interconectada al ser, al amar, al hacer y a nuestra forma de situarnos en el tiempo, conviene abordar los asuntos de manera conjunta, desde la reflexión, para poder responder adecuadamente. Por eso, la reflexión que propone el texto quiere ser «católica», es decir integral e integradora.
Argüello afirmó que se ha producido un gran cambio en la sociedad, que afecta a la familia, a la vida, de los mayores, etc. “Es importante el compromiso público, propio de la identidad y espiritualidad laical, ante los grandes desafíos provocados por las leyes referidas a la vida, persona y la familia en diversas dimensiones. Pero es imprescindible acompañar esa acción pública con compromisos a favor de las personas directamente afectadas”.
Por todo ello, los obispos nos hacen una llamada a la acción, a la presencia en la vida pública y una llamada a la evangelización.
