Tenemos sed de Dios
Miles de peregrinos acudieron el pasado 11 de marzo a la segunda Javierada de este año 2023, que ponía punto y final al Año Jubilar de San Francisco Javier, concedido por el Papa Francisco con motivo de los 400 años de la canonización de nuestro santo patrón.
Fieles venidos desde Madrid, Ávila, Guipúzcoa, Bilbao, Zaragoza, etc., pero sobre todo de Navarra participaron en esta peregrinación de fe que llevó por lema “Javier, encuentros que dan vida”
Tras el vía Crucis desde Sangüesa, se celebró la Santa Misa en la explana del castillo, una explanada repleta de fieles que aguantaron la lluvia que intermitente mente cayó durante toda la celebración.
Antes de dar comienzo a la Misa, Javier Leoz, delegado de Religiosidad Popular y encargado de amenizar la celebración, ensayó los canticos de la Eucaristía y explicó la presencia de las dos campanas situados junto al altar de Javier.
También Óscar Azcona, delegado de Misiones, animó a la generosidad para ayudar a los misioneros. Este año, explicó que el dinero de la colecta se destinará a cubrir el proyecto misionero de una Maternidad construida en Burundi, donde se encuentra la misionera navarra, nacida en la localidad de Alcoz, Maite Oiartzun. Ázcona afirmó que hay 10.000 misioneros repartidos por todo el mundo, de los cuales 525 son navarros.
La celebración comenzó a las cinco en punto con el canto “Camina pueblo de Dios”, mientras hacían entrada más de 100 sacerdotes y los Obispos.
La celebración fue presidida por el navarro Mons. Juan Carlos Elizalde, Obispo de Vitoria, ya que nuestro Arzobispo don Francisco se encontraba en el Vaticano, en una reunión de la organización Misión América, con el Papa Francisco. Junto a don Juan Carlos concelebraron los obispos: Abilio Martínez Varea, Obispo de Osma-Soria, Ángel Javier Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón, Carlos Manuel Escribano, Arzobispo de Zaragoza, Julián Ruiz Martorell, Obispo de Huesca y Jaca ; Vicente Rebollo Mozos, Obispo de Tarazona; y el capuchino Jesús Sádaba, obispo emérito de Aguarico.
Juan Carlos Elizalde realizó una homilía basada en la Samaritana, afirmando que Jesús sigue perdonándonos, curándonos y salvándonos con el poder de los sacramentos. “Somos seres sedientos e insatisfechos”, afirmó don Juan Carlos, pero “no cualquier agua puede apagar la sed, como hoy se está tratando de convencernos, por las leyes que estamos aprobando. El náufrago está rodeado de agua y muere de sed. Es una imagen de nuestra cultura, la que estamos pariendo nosotros. No dejéis que manipulen a vuestros niños. No permitáis que confundan a vuestros adolescentes. Que no jueguen con vuestros jóvenes engañados. No consintáis que a vuestros ancianos les quiten las ganas de vivir”.
Recordó que “muchos cristianos buscan respuestas muy lejos y el agua viva está en el centro de la aldea, en el corazón de la Iglesia, en sus sacramentos, en la Palabra, en la comunidad”. También afirmó que el que más sed tiene, es el Señor, porque quiere que nos saciemos. “La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre”, subrayó.
Finalizó su homilía pidiendo a la Virgen María y a San Francisco Javier que nos ayude a ser valientes para dar testimonio de nuestra sed y de nuestra fe.
Durante las peticiones se pidió por el Papa Francisco y por nuestro Arzobispo don Francisco. También por la conversión de las personas, por los gobernantes, para que sirvan al bien común, por los misioneros, para que animados por la fuerza del Espíritu Santo sigan entregando sus vidas por el Evangelio, para que crezcan las vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa y a los santos matrimonios, por la paz en el mundo, especialmente por la paz en Ucrania y por todos los peregrinos que habían acudido a Javier.
La celebración concluyó con una gran ola realizada por todos los asistentes y con el himno a San Francisco Javier.
